Saturday, March 24, 2007

Huesito Recurrente...

Este sujeto (al que llamaremos M) era uno de esos huesitos recurrentes, esos a los que no ves nunca, pero cuando lo ves...
...
En fin, por más extraño que parezca, lo conocí on line... es una de esas personas que, sin saber cómo, aparecieron un día en tu lista de contactos del msn. Pero con él fue un caso extraño (en realidad, todo lo que tiene que ver con él es extraño, pero no voy a dar más detalles con el fin de conservar el anonimato), la cosa es que, después de chatear un tiempo, nos dimos cuenta de que nos parecíamos bastante, lo cual no necesariamente implica algo bueno.
...
La cosa es que, después de tantas cyberconversaciones, terminamos en una apuesta media extraña, de la que no voy a dar detalles tampoco, no por el anonimato, sino por mi imagen pública (o lo que quede de ella después de los posts anteriores). Así que esa tarde nos conocimos y, después de anécdotas que incluyen persecusiones de viejos borrachos, hombres en calzones en la vía pública y otras rarezas, pasó lo que tenía que pasar. Bastante decepcionante esa primera vez, para ser sincera. Pero él ya lo sabe.
...
Si la historia terminara ahí, no merecería un post. Pero no. Como bien mencioné al principio, era un huesito recurrente. Así que después de esa hubo otra, y otra y otras más. Y digamos que se redimió de aquella frustrante primera impresión. Tanto así que llegó a posicionarse en el top five de desempeño sexual.
...
Pero hay algo particular con respecto a este sujeto, y es que, en cada uno de nuestros encuentros, algo bizarro ocurre. No voy a mencionar tooodo, porque la verdad es que no me voy a acordar, pero hubo escenas que implicaron kilómetros y kilómetros de caminata para conseguir una caja de forros, madres arribando a la mitad de la acción, deliverys de jacuzzis, perros queriendo participar, esposas rotas a la mitad, y... ¡¡basta, por dios!! hasta yo me asusto.
...
En fin, no creo que prolongar este relato pueda ser sano para nadie, así que mejor lo dejo ahí... y el resto... bueno, para eso está la imaginación, no?